No hay antecedente de un fenómeno de esta magnitud en la región; pescadores logran rescatar a 13 ejemplares, casi todos adultos
Veintitrés delfines conocidos como “nariz de botella” quedaron varados en una playa de Cabo San Lázaro, cerca del sitio conocido como “El Barco”, a las afueras de Bahía Magdalena, municipio de Comondú, Baja California Sur.
Ante tal situación, más de 15 pescadores de la Cooperativa San Carlos “de la comunidad de Puerto Adolfo López Mateos” pudieron rescatar con vida a 7 ejemplares; mientras que 16 restantes murieron.
De estos 23 delfines, 3 eran crías y el resto adultos “la mayoría, hembras”, y pese a los esfuerzos de los pescadores que los regresaban a la mar en una jornada que duró 8 horas, aproximadamente, los 17 que no lograron sobrevivir eran llevados al agua, pero regresaban nuevamente a la playa.
Jesús Camacho, dirigente cooperativista de Puerto López Mateos, informó que no hay antecedente de un fenómeno de esta magnitud en esa región, y aunque señaló que eventualmente se detecta algún varamiento, se trata de un solo ejemplar, nunca de forma masiva, como lo fue en esta ocasión.
Por su parte, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) señaló su personal atendió la situación.
A través de un comunicado, dio a conocer que ya investiga las causas del fenómeno, ocurrido el 7 de diciembre pasado, tal y como lo establece el Protocolo de Atención para Varamiento de Mamíferos Marinos.
Toda vez que no se encontraron evidencias de afectación por artes de pesca y como lo establece el Protocolo en la materia emitido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), se recabaron evidencias que ayuden a determinar las posibles causas del varamiento.
“Por tal motivo, se recolectaron tres de los 16 ejemplares muertos, mismos que fueron trasladados al Departamento Académico de Zootecnia de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), en la Ciudad de La Paz, donde especialistas practicarán la necropsia correspondiente”, estableció.
Señaló que se dio destino final al resto de los ejemplares muertos, al sepultarlos conforme lo establece el Protocolo de Atención para Varamiento de Mamíferos Marinos.