La Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) trabaja en la extracción de colágeno bovino para generar membranas que se necesitan en la regeneración ósea como tratamiento de tumores en el hueso y por accidentes.

El proyecto científico pretende reutilizar los biodesechos con el aprovechamiento de la vocación ganadera del estado de Aguascalientes, dijo el investigador David Masuoka Ito, en una entrevista con la Agencia Informativa del Conacyt.

“Actualmente la regeneración tisular guiada, no sólo en la odontología, prácticamente en todas las áreas médicas es algo que se ha venido trabajando, nosotros trabajamos con estas membranas para poder insertar mejor los tejidos óseos”, explicó.

El grupo de científicos lleva cerca de un año en la investigación, el cual inició con protocolos y técnicas, hasta lograr extraer del biodesecho el colágeno.

En la actualidad, los investigadores desarrollan el proceso para la fabricación de las esponjas y las membranas naturales.

“Se habla mucho de células madre, la cuestión no está en cómo obtenerlas, la intención es aprovechar las investigaciones para utilizarlas de una manera útil”, puntualizó Masuoka Ito.

El investigador apuntó que el hecho de producir materiales para aplicarlos en las áreas biomédicas, y además de procedencia reutilizable, permite que se fortalezca el mercado de aditamentos, en este caso odontológicos.

Esta situación permitiría también un bajo costo de los productos ya que además son elaborados en el país, añadió.

“Buscamos beneficiar directamente a la sociedad, por un lado el sector empresarial y por otro poder abarcar una mayor parte de la población que muchas veces no tiene acceso a tratamientos de este tipo”, mencionó.

Uno de los principales retos con que se enfrenta este rubro de la medicina es lograr reactivar la economía nacional mediante la industria odontológica, comentó el científico.

Consideró que “es necesario trabajar con nuevas ideas creativas para poder concebir productos que satisfagan a los pacientes”, y la reutilización de residuos es sin duda un campo que se puede y debe explotar, pues existe mucho por investigar.

Además, los resultados de la investigación permitirán aprovechar sustancias residuales para fabricar injertos que por lo general son importados y su costo oscila entre mil 500 a dos mil pesos.

Mientras que al extraerlos de un biodesecho se cotiza un costo de 50 pesos, una marcada diferencia con amplio margen de potencial industrial, afirmó.