Basadas en pruebas de sangre y con un alto grado de confiabilidad, el Senado aplicó en los primeros 14 días de septiembre exámenes de detección de covid-19 a mil 251 de sus cuatro mil trabajadores y 84 resultaron positivos, lo que equivale al 6.7% del personal analizado y al 2.1% del total de trabajadores.
De acuerdo con la información de la Mesa Directiva del Senado, que preside Eduardo Ramírez Aguilar, las pruebas permiten detectar si el virus SARS-CoV2 está activo en el cuerpo o si ya se generaron anticuerpos, por haberla tenido, de ser el caso.
Como el Senado comenzó sus actividades presenciales sin la asistencia de todo su personal, las pruebas sólo se han aplicado a quienes acuden a las oficinas. En los casos detectados se les ha regresado a sus casas para que se atiendan, pero hasta el momento, de los 84 positivos detectados por estas pruebas todos han reportado niveles bajos de carga viral, por lo que su salud no ha estado en situación crítica.
De acuerdo con la información pública de laboratorios en territorio nacional, este tipo de pruebas tienen un costo promedio de al menos mil pesos, ya con el IVA incluido, lo que implica que el Senado invirtió alrededor de un millón 250 mil pesos hasta el momento, que se suma a los 17 millones 450 mil 914 pesos que ya canalizó en la compra de utensilios médicos y de higiene para evitar contagios como gel, cubrebocas, caretas, acrílicos de escritorio, tapetes y lámparas UV, entre otros.
La ficha técnica de información de la Mesa Directiva precisa que la aplicación de pruebas al personal se decidió por la Junta de Coordinación Política, a raíz de la recomendación del gobierno de la CDMX.