Un tratamiento poco común logró que una pareja se embarazara por fin
Una pareja que gastó 20,000 libras en la fertilización in vitro, finalmente logra tener un bebé gracias a la un tratamiento de yema de huevo y soya. Esta pareja que trató desesperadamente de concebir durante seis años por fin consiguió concebir, todo gracias a un huevo.
Tratamiento milagroso
Afligidos Cathy Garvey y Dan Bowley de Birmingham, West Mids, gastaron mucho dinero en cuatro rondas de fertilización in vitro, las cuales fracasaron. Por ello temían que, después de seis años, nunca serían capaces de tener un hijo.
Sin embargo, los nuevos padres están ahora fascinados después de que Cathy dio a luz a su hijo Joseph, después de un tratamiento especial de fecundidad en el que la madre debía alimentarse por goteo con yemas de huevo y aceite de soya. Cathy no lo podía creer cuando quedó embarazada dos semanas después de su primer tratamiento de yemas de huevo y aceite de soya, e incluso se hizo tres pruebas de embarazo antes de que aceptar que era real.
¿Cómo funcionaron el huevo y la soya?
Cathy dijo: Tener a Joseph ha sido un sueño hecho realidad. Es algo que nunca pensé que sucedería pero ahora nuestras vidas están completas. Siempre quise ser madre y me rompió el corazón cuando pensé que nunca sucedería. Me encantan los niños y siempre he querido tener una familia.
Los científicos finalmente lograron ayudar a Cathy a concebir con un tratamiento por alimentación por goteo de una mezcla de yema de huevo y aceite de soya, para combatir las células asesinas que estaban destruyendo sus posibilidades de tener un bebé.
Papá orgulloso, Dan, dijo: Gracias al tratamiento raro de CARE (por sus siglas en inglés), Clínica de reproducción asistida, Cathy dio a luz a Joseph el 8 de julio.
¿Por qué no eran fértiles?
Las células estaban rechazando los embriones cada vez que intentaban una fertilización in vitro. Este nuevo tratamiento era su última oportunidad ya que no podían seguir adelante con tanta angustia.
En CARE, Cathy descubrió que tenían células asesinas naturales, que atacaban los embriones colocados en su interior. En el último tratamiento que probaron, los científicos decidieron combatir las células asesinas naturales, dando a Cathy dos infusiones intralípidos de yema de huevo y aceite de soya. Una vez que los embriones fecundados se pusieron de nuevo en su interior vieron que la prueba de embarazo había sido positiva.