El deseo de ser mamás, es algo que en muchas ocasiones llega en un mayor tiempo de lo pensado, y en la actualidad existen muchas oportunidades de procrear sin que esto afecte. Pero lo que pocas saben es que tener un hijo a mayor edad puede alargar la vida de las mujeres.

De acuerdo con la Boston University School of Medicine, esto puede deberse a que las variaciones genéticas que permiten a las mujeres tener hijos a una edad más adulta también pueden estar vinculadas con vivir vidas más largas.

El médico Thomas Perls, profesor de medicina de la Universidad, menciona que «si una mujer tiene esas variantes, es capaz de reproducirse y tener hijos por un período más largo de tiempo, lo que aumenta sus posibilidades de pasar por esos genes a la siguiente generación”.

En el estudio, el equipo de Perls rastreó las edades en las que 462 mujeres habían tenido su último hijo, y luego la edad que tenían cuando murieron.

Los datos proceden del Long Life Family Study, una investigación genética de 551 familias con miembros que viven hasta edades mayores.

Por su parte un estudio publicado en la revista Menopause, apunta que las mujeres que habían tenido su último hijo después de los 33 años tenían el doble de probabilidades de vivir hasta 95 años o más que las que lo tenían antes de los 30 años.

“Por supuesto, esto no significa que las mujeres deben esperar para tener hijos a edades más avanzadas con el fin de mejorar sus posibilidades de vivir más tiempo», apunta Perls.

La edad en el último parto puede ser indicador de la tasa del de envejecimiento. La capacidad natural de tener un hijo a una edad mayor indica que el sistema reproductivo de una mujer envejece lentamente, y por lo tanto también lo es el resto de su cuerpo.

Los hallazgos del estudio sugieren que las mujeres pueden conducir la evolución del ADN que retrasa el envejecimiento y ayuda a las personas a llevar una vida muy larga.

Investigaciones anteriores señalan que las mujeres que dieron a luz después de los 40 años tenían cuatro veces más probabilidades de vivir hasta los 100 años, en comparación de las que tuvieron su último hijo a una edad más joven.

Si bien, todo está en la genética, el hecho de que tener un hijo a mayor edad puede alargar la vida de las mujeres, es otra buena razón para no temer dar el gran paso aunque ya no se cuente con la juventud “estándar” que es muchas veces esperada.