El modelo tradicional de familia compuesto por mamá, papá e hijos, que todos conocemos, está muriendo lentamente, para darle paso a sociedades de amigos colaborativas, las cuales comparten piso, responsabilidades y vínculos sentimentales. La incertidumbre laboral, económica y emocional que viven los jóvenes actualmente ha ocasionado que la formación de nuevos hogares se haya vuelto más lenta y que en muchos de los casos los jóvenes no tengan deseos de contraer matrimonio o tener hijos.
Actualmente las nuevas generaciones ya no aspiran a tener hijos, y muchas veces ni a vivir con una pareja, al menos en solitario. Veinteañeros, Treintañeros e incluso personas que sobrepasan la edad de los cuarenta viven en pisos compartidos, con amigos, pareja, y parejas de amigos. Convirtiéndose en nuevas sociedades colaborativas.
En el ámbito profesional, los jóvenes ya no suelen estudiar carreras que les den estabilidad económica y en las que los salarios que se perciban sean muy altos, sino que más bien les interesan disciplinas que les apasionen y les den felicidad. Si ya terminaron la carrera y no tienen la posibilidad de alquilar un piso para ellos solos, eligen la opción de compartirlo con amigos, y de este modo tener la posibilidad de tener dinero para seguir saliendo de fiesta los fines de semana.